-La célula de todos los organismos vivos se asemeja bastante a una máquina. Una célula debe alimentarse. Es decir, debe ingerir alimentos de muy alta calidad, para que su producto: LA ENERGIA, se produzca de manera eficiente y sin problemas. Un gran recurso que permite el buen funcionamiento de: hormonas, enzimas, glándulas, tejidos y órganos. ¡Pero tenga cuidado¡, mucho cuidado con meterle una gran cantidad de materia prima a la máquina que la funde! La célula también se recalienta cuando nos mal-nutrimos, cuando comemos en exceso. Cuando las máquinas sobrepasan su capacidad, se dañan. Algunas partes fallan, y vale un costo energético repararlas. La célula necesita descansar para poder poner la casa en orden. De vez en cuando, déjela descansar unas 8 o 12 horas, según le convenga. Porque cuando no se hace, los órganos del cuerpo más perjudicados como: el hígado, el colon, el estómago, el páncreas y hasta el jefe: el cerebro, se ponen que se revientan!
Pero también le cuento, que cuando no hay materia prima por muchos días, incluso meses (desnutrición), aquí nadie trabaja y esto se empieza a caer. Las enzimas no trabajan a la misma velocidad, las vitaminas y minerales dejan de venir. Son las que le ponen el sabor a esto. Nadie trabaja. Pero eso sí. Cuando hay montones, como le dije antes, eso se sobrepasan y comienzan todas las máquinas a desgastarse, a fundirse y a dañarse. Tiene que haber un equilibrio, una homeostasis que llaman. Ni poco, ni mucho. Me entiende lo que le quiero decir?
Existen varios departamentos en la célula. Los de la vigilancia. Los que dejan entrar y salir nutrientes, productos y desechos: “la membrana celular.” Estando permeable y sana, funciona a las mil maravillas. Nunca se duerme, siempre está vigilando que no entren sustancias extrañas a la célula. Aunque cuando se vienen en manada las toxinas, las bacterias y los virus, le es casi imposible contenerlas. Se confunden las llaves con las cerraduras y se vuelve esto un alboroto.
También existen otros que trabajan en la limpieza. Les dicen: “los lisosomas”. Lo que coge, lo desarticula y lo recicla (autofagia). Los lisosomas cuando ven que no entra materia prima, se despiertan y sacan unas enzimas especializadas: “las hidrolasas”. Limpian todo para darle un “respiro metabólico” a toda la célula. Cada vez que hay ayuno, aquí todos descansamos.
Otros son “las mitocondrias”, que trabajan en un proceso de un tal Krebs, y generan la energía (ATP) de toda la máquina. Ellas son las que viven protestando, porque no les mandan buena materia prima de calidad (aminoácidos y oxigeno), y es por eso por lo que a veces, la ENERGIA no sale muy buena. Viven cansados a toda hora cuando pasa eso.
También hay unos muy calladitos, unos que son casi muy secretos, porque dicen que hablan en un “código genético”. Eso es allá en la oficina del “núcleo”. Y se encierran allá y, como que les mandan unos paquetes (transcripción) a “los ribosomas”, para hacer un pocotón de proteínas (traducción), que es con lo que construyen el cuerpo humano. Esas sí que salen disparadas por el “Aparato de Golgi” a hacer un pocotón de mandados. Unas veces, dentro de la célula y otras fuera. La membrana celular las deja salir.
A la final, déjeme decirle que esta máquina es una verdadera maravilla. Cuando esto funciona, los pulmones ventilan bien (respiración). El estómago sin estar tan lleno, pero ni tan vacío, funciona super. Los músculos con buena energía se mueven a mil. Y qué decir del jefe de allá arriba, el cerebro, el que dirige todo por aquí, muy ágil. Lo más importante, es que todos aquí sabemos que esta máquina, la célula, forma tejidos, que a su vez forman órganos, y estos órganos funcionan por sistemas, que están de diversas maneras conectados entre sí, para darle vida al CUERPO HUMANO.
Comments